Los padres y la escuela deben orientar a los niños ante la turbulencia social

Los padres y la escuela deben constituirse en las principales alternativas para generar en nuestra población infantil una higiene mental que les permita hacer frente a la turbulencia social que hoy afecta al país, según estima la psicóloga María Clemencia Mendoza Hitcher, integrante del equipo de profesionales de la salud al servicio de la Fundación Centro Ítalo-Venezolano (Fundaciv).

Con una amplia experiencia en el abordaje en el tratamiento de trastornos emocionales, conductuales, de aprendizaje y déficit  de atención e hiperactividad, entre otros en las áreas infantil y juvenil, la licenciada en Psicología opción Clínica Dinámica, María Mendoza Hitcher, egresada de la Universidad Central de Venezuela, comparte su experiencia fundamentada en el contacto con sus pacientes y la labor y que viene ejerciendo desde hace siete años en la Fundaciv.

Sobre la situación actual del país, la profesional de la Psicología percibe un cuadro de “turbulencia social” que genera en la población un “estado mental depresivo con muchos signos de ansiedad”, ante el cual destaca el papel que corresponde a los padres de familia y la escuela en función de drenar angustias y potenciar las capacidades de respuestas en este frágil sector de la población.

Estima que en el actual momento de crisis resulta necesario para la población mantenerse enfocada y orientada hacia lo positivo, y que aun cuando el entorno pueda mostrar señales contrarias y se presenten situaciones tan desmotivantes como la falta de alimentación y medicamentos, así como fallas en los servicios públicos básicos, aconseja no contagiar a otros de ese desánimo para evitar hacer de ese sentimiento individual un sentimiento colectivo. “Este –indica- es el momento de llevar nuestra resiliencia al máximo punto”.

Consultada sobre los síntomas más comunes que pueden observarse en los niños y adolescentes hoy día, destaca en primer lugar el temor a la oscuridad. “En  esto encontramos muchos terrores nocturnos; este es el síntoma con mayor prevalencia actualmente y en algunos casos se acompaña de ataques de pánico”, destacó Mendoza Hitcher. Igualmente mencionó otros padecimientos que considera entre los más frecuentes en la consulta psicológica, tales como: hiperactividad motora, rasgos de ansiedad de leve a moderado, temor a salir a la calle por miedo a posibles protestas, dificultad para conciliar el sueño, estado de ánimo triste y tendencia a la agresividad como forma de expresión de su malestar.

El papel de los padres y la escuela

“Los padres deben modelar calma y compostura ante la crisis; de allí que lo importante debe ser mantenerse concentrados y enfocados, en tener  presente que somos modelos para nuestros hijos. Ellos van a imitar todas nuestras reacciones y capacidades de respuesta; debemos modelarle sosiego y tranquilidad ante situaciones extremas y siempre brindarles la seguridad que necesiten de acuerdo a sus edades. Es necesario evitar estallidos de llanto, rabia e ira”, expresó la licenciada Mendoza Hitcher.

Advierte que, no obstante, lograr este propósito no es tarea fácil, dado que considera que los padres actualmente están sometidos a muchos eventos agobiantes, entre ellos mantener un nivel de ingreso que les permita cubrir las necesidades básicas de sus familias, estar preparados para cualquier eventualidad, problemas personales; por lo que estima que el adulto debe practicar la sana higiene mental entre sus hijos para brindarle la calma que necesita el hogar; pero que, sin embargo, “no deben negar la realidad existente, pues los niños y jóvenes están inmersos en ella, por lo que nuestras estrategias de respuestas deben ser lo más asertivas posible.

Entre las recomendaciones a los padres para poner en práctica en momentos de la acentuación de los eventos críticos, la profesional se refiere a aquellos que les permiten el desenvolvimiento de sus hijos ante tales situaciones, como dotarlos de fuentes de iluminación; y desarrollo de actividades que les permitan distraerlos de la crisis del momento, especialmente con el ejercicio de juegos lúdicos (stop., mímica, cartas, dados, etc); evitar muchas horas en las redes sociales buscando información acerca de lo que ocurre, pues es necesario mantenerse  informado pero sin sobreexposición a ellas; ni caer en  rumores que solo aumentan la sensación de incertidumbre y el caos, lo cual nos aleja del equilibrio.

Asimismo recuerda a los padres que entre ellos y sus hijos existe una conexión emocional, por lo que es preciso ajustar de manera asertiva todas sus respuestas para modelar calma a sus hijos. Y si en algún momento sienten que su hijo está fuera de control, que es el momento de buscar ayuda profesional.

En cuanto al papel de la escuela, la experta estima que los educadores deben permitir a los niños y adolescentes hablar sobre sus experiencias. “En estos momentos la dinámica escolar debe reservar un espacio para el intercambio de experiencias sobre lo vivido. Es importante que ellos drenen sus angustias y miedos, y en este punto el educador debe siempre trasmitir un mensaje de seguridad, calma y esperanza

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